domingo, 6 de noviembre de 2011

Laura Devon

Preciosa modelo ..Laura Devon

Orgasmo Femenino

Orgasmo Femenino

La importancia del tamaño del pene

¿Importa el tamaño? La pregunta se la hacen muchos hombres y varios viven obsesionados con poder cumplir con las expectativas de la pareja. Algunos han usado productos para aumentar su tamaño, muchos mienten, a otros les da igual y compensan con rendimiento. Entonces, ¿cuál es el tamaño ideal?














No todas las mujeres tienen las mismas preferencias. Muchas les dirán que, en definitiva, un pene enorme es mucho mejor. La teoría la refuerzan las películas porno y los grandes consoladores que, eventualmente, se ven en sex shops. Pero a la hora de la hora, la comodidad hace que prefieran uno de tamaño regular y, si la pareja las satisface en otros hábitos de la relación, puede que se conformen con uno pequeño.

Si consideramos una penetración vaginal, se sabe que la vagina se adapta al tamaño del pene pero dentro de ciertas medidas. Un pene de 13 cm se siente igual que uno de 15. Mientras que sí habrá diferencia si comparan con uno de 6 cm. 

Al tener sexo oral, generalmente, la chicas prefieren uno no tan grande o grueso. Los penes de gran tamaño pueden dañar los labios al mantenerlos mucho tiempo abiertos o producir arcadas al ser introducidos muy adentro. Sin embargo, esto dependerá de la técnica que se utilice al practicar el felatio o de los juegos que se quieran hacer en el momento.

A diferencia del sexo vaginal, durante el sexo anal no hay lubricación y el recto no se amolda al pene. Si bien en relaciones heterosexuales, la mayoría de mujeres prefiere tener relaciones con un hombre con pene entre promedio y corto, las parejas homosexuales prefieren uno grande que pueda satisfacer lo necesario.

Cuando se está masturbando a la pareja, el tamaño no cuenta tanto como en los anteriores circunstancias. Sin embargo, la sensación de tener un pene grande y erecto entre las manos es mucho mejor para ellas.

Este tema usualmente se trata desde la perspectiva masculina, ya que ellos son muy sensibles en cuanto a su ego varonil. Tener un pene corto es malo, pero no es para acomplejarse. 

Chicas: ¿Qué tamaño de pene les gusta? (para sexo: oral, vaginal, anal y masturbación) 

Chicos: ¿El tamaño es algo que les preocupa?

Contra natura.. buscando sodomitas

Es tildado de sucio, prohibido y antinatural. Para muchos es puramente homosexual, para otros es peligroso e incluso depravado. Lo cierto es que el disfrute del sexo anal antecede incluso a los propios griegos. Aunque se debate entre fantasía y tabú, la elección de practicarlo -o no- debe estar precedido de una buena dosis de información. Las siguientes palabras pretenden retratar nuestra experiencia. Y tú, ¿has practicado el sexo anal?

Comenzaron caminando las calles, con las manos masculinas jugando con sus suaves y redondos pechos, burlándose de taxistas y señoras pitucas, excitados por parecer un par de enfermos. Fue al llegar a casa que, tras enamorarse de su lengua, él prefirió alejarla de su pene y le dijo que la penetraría por atrás. Y así fue, sin cremas ni pomadas, sin mucho calentamiento, con Azorín y Cortázar observándolos desde el anaquel, y una nueva historia escribiéndose en cada galope, dentro muy dentro de sus entrañas.

El sexo anal es el preferido de muchos hombres, ya sea por el carácter de prohibido que tiene como por la satisfacción de sentirse más poderoso en un lugar que suele ser más estrecho que la vagina. A muchos incluso les encanta esta práctica porque les excita saber que hay más peligro, más dolor y porque pueden eyacular sin miedo a embarazar a su compañera. 

Sin embargo, no solo ellos gustan de la práctica sodomita. Muchas mujeres la practican con una sonrisa en los labios y más de una deliciosa idea en la cabeza. Incluso, es probable que algunas de ellas sean las más proclives a experimentar con esta parte de la anatomía. Ya sea solas mediante juguetes sexuales o sus propios dedos, o con compañía y con estos instrumentos a la mano.

Es de esta manera que muchas de ellas le preguntan al compañero para practicar con su recto, más si el varón de turno ya ha pedido conquistar el derrier de su amante. Y aunque en teoría los hombres no acepten que les metan el dedo -u otros juguetitos- en la práctica se repite muchas veces. Ya sea porque de esta manera puede tener un orgasmo realmente excepcional (debido a la manipulación y excitación de la próstata) como porque desde aceptar este coito es abrir sus horizontes y extender su placer. 

Antes, durante y después del sexo anal se puede jugar mucho con los dedos y lengua, con algunos juguetitos (dildos y más), besos negros (contacto entre boca y ano), etc. Lo innegable es que a pesar de la excitación o las ganas de experimentar hay que tomar algunos cuidados para que, justamente, dicha práctica sea segura y placentera. 

Lo primero es que ambos deben estar de acuerdo en experimentar por el ano, que no exista coacción, sino confianza. Lo segundo es que ambos estén muy limpios -de preferencia haber comido ligero, no haber ido a defecar y después de haberse bañado- y hayan comprado los aditamentos para poder copular con tranquilidad (preservativos). 

No olvidar que, a diferencia de la vagina, el ano no lubrica de forma natural, por lo mismo es recomendable comprar gel lubricante que se pueda aplicar tanto en el pene como en el ano, de forma que la penetración se dé con más facilidad, siempre poco a poco, sin apurarse y consultando la comodidad del compañero(a) que viene siendo penetrado(a). Los hay a base de agua que no dejan manchas y pueden ser retirados con facilidad, también existen de diversos sabores permitiendo que el sexo sea muy divertido. 

¿Duele? Depende. Si el pene es muy grueso o el ano muy estrecho, puede doler mucho, pero con buena relajación, excitación y lubricante, todo saldrá genial. Es bueno recordar que debido a que es una zona muy sensible tanto el ano como el glande pueden sangrar, por eso es obligatorio el uso de condones. De esta manera se estarán cuidando de contraer alguna enfermedad como el VIH, el virus del papiloma humano, herpes genitales, gonorrea, sífilis, etc. Incluso en el caso de que no haya eyaculación. 

Luego de estos pasos, lo ideal es empezar a jugar un poco con lo dedos y esa delicada zona, sin olvidar que paso a paso se llega lejos. Ahí están las historias de los antiguos romanos y griegos. Y aunque la sociedad y la Iglesia siguen tildando de barbárica y antinatural esta práctica, al menos no corremos el peligro de los asirios o el propio Wilde de ser condenados por sodomitas. A practicar entonces, eso sí, con el debido cuidado. 

Y tú:

¿te gusta el sexo anal? 

¿lo hiciste alguna vez?

¿qué opinas de su práctica?

Fruto Prohibido


Como Adán en el Paraíso, todos tenemos nuestro fruto prohibido, esa manzana carmesí que no debemos morder. Y como Adán es mi maestro, mi modelo a seguir, yo me como todos los frutos que, dizque, me son prohibidos. Sin embargo, hay uno que aún no puedo comer: son los labios carnosos de A., mi compañera del cole. Pero yo soy un hombre con fe, sé que más pronto que tarde esos labios van a sangrar cuando los muerda... y los dos lo vamos a disfrutar. 

La conocí un lunes, hablamos de pasión, le pregunté su nombre... y muchas cosas más. El martes fue un fracaso, no vino ya lo sé, porque el miércoles temprano de nuevo la encontré. Así comienza este amor de primavera... como los días que corren. 

La belleza que tanto me había impresionado sufría de migraña y eso la hacía faltar al cole... y a mí me tenía cagado, escuchando a Leo Dan. Ya lo sabemos, cuando el cariño es sincero -e intenso- se perdonan todas las huachafadas. 

A. tenía un triple encanto: era bella, inteligente y sensible. No era alta, no tenía un cuerpazo, pero su rostro emanaba inocencia y travesura, santidad y pecado, cielo e infierno, es decir, te levantaba la libido en una... y sigue igual. Y aunque hace años que no la veo, todavía me emociono cuando recuerdo esas cejas intensas, esa nariz afilada y esos labios, perdonen el lugar común, desbordantes, carnosos, en flor, demasiado mordibles. 

Si solo uno se enamorase por la belleza, ustedes ya comprenderán por qué estaba loquito por A. Pero, para hacer del potaje más complejo, A. era inteligente, ojo, inteligente, jamás se permitiría la vulgaridad de ser chancona. Cuando la conocí, A. tan solo tenía 13 años, pero hablaba con la profundidad de alguien que había vivido mucho y muy bien, es decir, que había sacado lecciones de lo bueno y de lo malo. A. tenía soluciones a la mano, jamás problemas sin resolver. 

Y era tan sensible que pronto se dio cuenta de que yo me moría por ella... pero ella no por mí, y su inteligencia (¿o habrá sido su sensibilidad?) le dijo que no podía dejarme desamparado, que tenía que darme el consuelo de su amistad... y allí la cago, porque, digo, A. será sensible, bella e inteligente, pero, ay, no es perfecta, y no se dio cuenta de que al tomar esa decisión se estaba metiendo para siempre en mi vida y, al negarse a juntar sus labios con los míos, me estaba llenando de una frustración que me dura hasta hoy y que, a veces, me llevan al desenfreno y al alcohol: hay penas del corazón que solo pueden ser ahogadas en vino.

Y durante los años del cole viví entre el amor y el infortunio, entre la adoración por A. y su amistad: "Es todo lo que te puedo dar", me decía, mientras me acariciaba el cabello, me sonreía y mordía sus labios inmensos... si he vivido escenas eróticas, esta es una de las más fuertes que he tenido. Me daban ganas de jalarla, tirarla al piso, besarla, desnudarla, hacerle todo y demostrarle que no, que no éramos amigos, que tanta pasión solo tenía un nombre: amor... y que lo estábamos desperdiciando.

Pero estaba demasiado enamorado y, por ello, la había puesto en un pedestal: la había convertido en la santa de mi religión pagana... y pensé que así estaba bien, que ella necesitaba devotos antes que un amante que destrozase tanta santidad (y castidad). Y, por supuesto, estaba equivocado.

Aunque su discurso lo negara, A. era, al fin y al cabo, humana, mordible, lujuriosa; con necesidades corporales y no solo espirituales. Como todos la tratábamos con adoración y cobardía -porque aunque yo le repetía siempre que la adoraba, lo hacía como una plegaria, lo que le quitada la intensidad que toda declaración de amor necesita: a las mujeres no hay que rezarles, hay que hacerles perversa poesía- su belleza estaba suelta, triste, abandonada, pues nadie se atrevía a decirle "quiero ser tu enamorado" (en esa época todavía se usaba ese cursi y, hoy, añorado y abandonado ritual). 

Por eso, el maldito W. la tomó desprevenida, con las defensas bajas. Él, el recién llegado, el que era feo, bruto e insensible, es decir, la antítesis de A., el que no sabía que A. era nuestra divinidad andante, nuestro objeto de culto y deseo, se atrevió a declarársele, a decirle sin vergüenza y bárbaramente: "Oe, huevona, ta que rica estás, ¿quieres ser mi hembrita". Y A. dijo, por la puta madre, que sí.

Al día siguiente, nuestro ángel ya no lo era tanto: estaba desgreñada, descuidada, enamorada. Y, aunque muchos digan que el amor te embellece, A. era la contundente negación de tan fácil afirmación. En 24 horas dejó de ser bella, sensible e inteligente, porque, a qué persona que se respetase se le iba a ocurrir meterse con alguien tan poquita cosa como W... pero no debo ser mezquino, poquita cosa y todo, él tenía lo que yo no: los labios de A., su sonrisa, su cuerpo, su amor... y yo, maldita sea, he de reconocer que durante esos días me hubiera gustado, y solo por besar a A., ser él. 

El cole acabó y A. y yo nos dejamos de ver. La encontré un día en una tienda de departamentos donde tenía un trabajo de medio tiempo que le ayudaba a pagar la universidad. Después le perdí el rastro, luego me enteré de que estaba fuera del país. Empezamos a escribirnos frenéticamente pero paramos la mano cuando me confesó que se había alejado del Perú en busca de quien hoy es su esposo. Sí, ella y yo hemos tenido el mal gusto de casarnos. 

Pero como mi amor por A. es tan intenso y para siempre, nos tuvimos que volver a ver. Ella se dice enamorada de su esposo y de sus hijos... yo le digo lo mismo; ella se dice feliz, cerquita del cielo... yo le digo lo mismo; ella se dice mi amiga... yo jamás le mentiría, yo la sigo viendo como esos labios carnosos que quiero morder.

Sí, ella es feliz, está casada y vive cerquita del cielo... pero aún no se ha dado cuenta de que su paraíso soy yo. No me preocupo, tenemos tiempo, como decía Borges solo nos falta ser inmortales... y A. y yo, juntos, lo seremos.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Orgasmo

Orgasmo, el último grito de placer...

Es más que gemidos, arañazos, gestos o temblores o sudor desenfrenado. Es el instante de placer más delicioso del acto sexual. El altar en que está, desde siempre, ha sido ganado paso a paso, piel con piel. Y aunque hoy en día hay múltiples formas de llegar a él, sea solo(a) o acompañado(a), todavía hay hombres y mayormente mujeres que no lo conocen.














Ese día estaban sedientos, y luego de una constante -y mutua- estimulación, los gemidos se transformaron en un orgasmo repetido: tres al hilo como se dice. Solo había un testigo, la televisión, prendida a modo de excusa para que el ruido no moleste a la familia que recorría el pasillo. Pero, sin esperar a que su compañero se reponga, Ella dio un brinco y se posó sobre Él. Como todo un caballero repitió el lamido a sus pezones, el masaje a sus redondos glúteos, el deleite de acariciar profusamente su clítoris. Ella le decía las frases más vulgares, Él se iba irguiendo cada vez más, hasta que no pudo más... 

Para muchos, el orgasmo masculino está ligado a la eyaculación. Otros piensan que el orgasmo femenino no está asociado a la evolución. El pasado domingo 8 de agosto se celebró el Día del Orgasmo Femenino y para honrarlo decidimos hablar de su 'majestad', sea para quienes siempre hacen este viaje o para aquellos que todavía no conocen la ruta. 

Por mucho tiempo se pensó que el orgasmo masculino era el único que servía para continuar con la especie. Sin embargo, varios científicos afirman que las contracciones del orgasmo femenino ayudan a extraer y conservar más esperma dentro de ellas, favoreciendo la relajación y la propia fecundación.

Según los estudiosos, el orgasmo femenino es accidental, debido a una peculiaridad anatómica en el desarrollo del embrión femenino, donde el clítoris corresponde a un pene no desarrollado y permite que se produzcan contracciones semejantes al orgasmo masculino. Teorías aparte, el orgasmo nos hace gozar y ¡qué mejor que disfrutarlo!

Según la sexóloga clínica Dr. Ava Cadell, de Discovery Health, existen varios pasos para obtener un mejor, más prolongado y múltiple orgasmo. El primer paso consiste en el factor psicológico: confiar en tu pareja. Esto ayuda a relajarse y poder entregarse por completo. Incluso el hecho de estar bajo un anticonceptivo ayuda mucho para disfrutar el sexo por completo, en especial a las mujeres que son quienes suelen preocuparse más de este tema.

ORGASMO FEMENINO. Lo primero es estimular el clítoris, masajeándolo despacio o con el roce del mismo pene. Acto seguido, llegar al Punto G, usando los dedos (como el gráfico) para acariciar de arriba a abajo, ir para los lados o dar golpecitos delicados, similares a cuando usan el mouse del computador y hacen clic varias veces.

La doctora también recomienda el Tri-gasmo, que es la excitación de estos tres puntos al mismo tiempo: el clítoris, el punto G y el ano. Eso sí, que quede claro que a la vez no significa con la misma intensidad. El ano, por ejemplo, puede ser estimulado con una pluma. 



ORGASMO MASCULINO. Primero debemos saber que orgasmo y eyaculación: no siempre están asociados. Un hombre puede tener un orgasmo sin eyacular y sentir el mismo o mayor placer. Existen técnicas avanzadas para poder relajarse y durar más, como se hace en el sexo tántrico pero, si uno recién se inicia, es mejor ir a ritmo pausado, contraer y concentrarse tanto en su placer como el de su compañera. 

Una de las maneras en que, tanto hombre como mujer, pueden ejercitarse para tener mejores orgasmos es practicar los ejercicios de Kegel. Consisten en contraer y relajar el músculo pubocoxígeo o PC (músculo del suelo pélvico) que es el que se aprieta cuando se desea aguantar la orina. [Pueden hacerlo ahora, sentados frente a la computadora. Tranquilo, nadie en su oficina se dará cuenta] Su contracción ayuda a estimular la próstata en los hombres y el útero en la mujer. Además, evita la disfunción eréctil, eyaculación precoz y la incontinencia urinaria que aquejan con la edad.

Tener orgasmos nos llena de endorfinas, mismas que provocan alegría. ¿Qué mejor que alcanzarlos con tu pareja, al mismo tiempo y con la misma duración e intensidad?. Muchas ni siquiera saben lo que es un verdadero orgasmo y otros solo lo tuvieron bajo sus propias manos. 

Y ustedes: 

¿Han tenido multiorgasmos? 

¿Cuánto duró su orgasmo más prolongado? 

¿Cuántos orgasmos tuviste en una sesión? 

¿Qué importancia le das a tener orgasmos durante el sexo?

¿Crees que es lo mejor de las relaciones sexuales? 

¿Cuál fue tu mejor orgasmo?

 

Ninfómanas

Ninfómanas, ¿te has cruzado con ellas?

¿Qué sucede si una mujer es adicta al sexo?

La película Diario de una ninfómana despertó más de un comentario en nuestra mojigata sociedad hace un año, pero los prejuicios siguen en el aire, las casas, escuelas, oficinas. 

¿La 'ninfomanía' es un problema o nada más libertad sexual?


















Sólo el latido al unísono del sexo y
 del corazón puede crear el éxtasis.
 Anaïs Nin


"Soy una mujer promiscua, sí. Porque pretendo encontrar a través del sexo lo que todo el mundo busca: reconocimiento, placer, autoestima y, en definitiva, amor y cariño. ¿Qué hay de patológico en eso?", comenta Valérie Tasso* al final del filme, cuando ha subido en el columpio de la vida, aún sin pisarla de lleno.

Esa es su conclusión. Ella no es ni medusa ni amazona ni bruja. No es una creación de Yeats, Chéjov, Fitzgerald o Petronio. No es una fantasía de Las mil y una noches creada por el temor del hombre a la mujer. No es una historia más sobre mujeres creada por hombres -lugar común a lo largo de la historia- sino nacida de la voz de una nieta, hija y mujer gritando que ama copular.

La ninfomanía era un término usado para definir a las mujeres que tienen un apetito insaciable por el sexo. Viene de ninfo (femenino) y manía (deseo anormal). Tiene su origen en el politeísmo grecolatino, que llamaba ninfas a los espíritus femeninos que vivían en la naturaleza y eran proclives al sexo casual. A finales del siglo XIX fue catalogada como "enfermedad nerviosa", siendo descritas por los doctores como "desgraciadas" las mujeres que padecían "imaginación ardiente, deseos violentos y estado de extremo ardor", que para los médicos podría -incluso- acabar en la muerte.

Incluso hoy, el DRAE define la ninfomanía como un "deseo violento e insaciable en la mujer de entregarse a la cópula". Y claro, suena un poco peyorativo a diferencia del término 'sátiro' (su equivalente masculino) que se usa de un modo más humorístico. Sin embargo es un término desactualizado, ya que el nombre correcto es hipersexualidad.

Sus causas pueden ser desórdenes hormonales, desequilibrios psíquicos, personalidades neuróticas, infancia demasiado represiva, violaciones, malos tratos y causas clínicas como un tumor en el lóbulo temporal o en la zona del cerebro que regula el comportamiento sexual, o padecer alguna enfermedad como el hipertiroidismo, por citar algunos ejemplos. 

El sexólogo y psicólogo clínico César Menéndez define la hipersexualidad como una extraña anomalía por la cual la mujer nunca llega a experimentar un orgasmo completo y, por eso, se vuelve insaciable. Pero aclara, de forma más que importante, que en treinta años de trabajo solo ha encontrado dos casos de mujeres que se acercaban a este descripción, por eso cree que este trastorno es más una leyenda urbana que una realidad. 

"Vivimos en una sociedad machista y mientras los hombres, por cuestiones biológicas, pueden quedarse dormidos después del orgasmo, hay mujeres que necesitan más; es natural que muchas necesiten al menos tres orgasmos para sentirse satisfechas. Una cosa es la necesidad femenina, casi siempre mayor que la masculina, y otra la hipersexualidad", concluye. 

Gran parte de los sexólogos modernos insisten en que son poquísimas las mujeres que padecen el trastorno "hipersexual" y la mayoría están en tratamiento. Creen que la fantasía masculina es la creadora de este mito. Pero, ¿en dónde se originan estas fantasías? Simple, en el temor. Y es que desde el saque, ellas tienen ventaja. Multiorgásmicas, eyaculadoras, soberanas. Con trabajo, sueños y deseos. ¡Qué miedo! La mujer ya no está detrás de un gran hombre, al contrario, está buscando ese gran hombre. Y puede probar los que desee las veces que quiera y su cuerpo estará preparado para continuar durante más tiempo o seguir y seguir, mientras el órgano masculino todavía yace flácido y necesita un respiro. 

Pero la ninfomanía ha sido tema recurrente. Desde la película Black Snake Moan en la que Christina Ricci es una joven insaciable que debe ser encadenada por el viejo y religioso Bluesman (Samuel L. Jackson), con el fin de evitar que salga en busca de un nuevo coito, hasta Anaïs Nin -la famosa escritora surrealista, amante de Henry Miller- quien se hiciese famosa por sus diarios eróticos, publicados después de su muerte. 

En Perú, buen ejemplo tenemos en los cuentos o poesías de Carmen Ollé, Roció Silva Santisteban y Marcela Robles, aquellos en que extienden su gozo al papel, sin ningún pudor, para agrado de propios y extraños. 

Terminamos diciendo que los hombres también sufren de hipersexualidad pero, como es de suponerse, no son tratados con la misma vara e incluso pueden ser vistos de mejor manera. 

Ahora cuéntanos: 

¿Has tenido algún encuentro sexual con alguien insaciable?
¿Cómo te sentiste? 
¿Crees que eres una ninfómana? 
¿crees haber estado con una de ellas?

jueves, 3 de noviembre de 2011

Eva

Ella es Eva, muy rica por cierto, Perfecta

Maria Cs

Preciosa Maria

Katty

Muy atrevida y coqueta Katty

Dani TL

Una Peruanita muy rica , Dani

Alejandra

Alejandra esta pero muy rica o no?

Chicas bikini

Vamos pa la playa, Chicas todas con bikini y nosotros pa mirarlas

Monjita

A esta monjita le gusta pecar yo lo se woooo

Hentai

Los animes siempre estan ahi, que mejor qe un hentai

Pinki

So sexy pinki?

Reef

Candidata a miss reef

Sirvienta

Quien no quiere una sirvienta asi para la casa?

Big Tits

Esta tiene cara , pero de saberselas todas, con esas big tits on nom nom

Scared tits

Tits

Al Desnudo

Eso es, sacate la ropa quedate al desnudo

Mejores Amigas

Las mejores Amigas incitando a que muestre las titsss wooooo

Una agente Infiltrada

chicas de armas tomar, asi es ella, Una agente infiltrada

Tits

Tits por aqui, Tits por aca

Tits

Unas buenas tits dice todo

super mario fire hydrant

super mario fire hydrant on the streets

Mario

Con razon a Mario le gusta entrar por cada tuvo!!

Diablitas

Diablitas para meter mucho Terror

Girl show me your tits

Go go go !! , Girl show me your tits

1vp

1vp 1vp 1vp 1vp 1vp...

La mecánica

Aqui una chica de maquinaria pesada, la mecánica

Camatits

Un descanso placentero requiere una buena cama tits!

Yoga y Tits

Combinar el yoga y las tits es una muy buena idea

Luigi

Luigi queriendo comerce a Las superpoderosas, podrá?

Y a ti cual te gusta?

Sabes escoger las Tits , haber a ti cual te gusta?

viernes, 28 de octubre de 2011

Los fóbicos sexuales

Los fóbicos sexuales

Pone peros a todo en el sexo, evita la desnudez, siente asco hasta del olor que emana de su sexo, y cuando está a punto de llegar al orgasmo decide parar porque ya es suficiente. Se trata de los fóbicos sexuales, hombres y mujeres con una conducta particular que muchas veces llegan a nuestra vida y no sabemos comprender.

-A mi mujer no le gusta nada-, cuenta Pedro. -¿Qué es nada?-, pregunto. -No le gusta que la acaricie, odia el olor del sexo, evita ser penetrada y el acto sexual es algo muy rápido y frío. Creo que nunca ha tenido un orgasmo- detalla Pedro, en una sesión de chat, vía Facebook. Desconsolado, harto, abrumado, este ingeniero de 26 años ha pensado en buscar ayuda, pero ella -su amor-, se resiste, diciéndole a cada instante que es un enfermo.

Es posible que ella padezca alguna fobia sexual, situación que afecta no a pocos mortales y que muchas veces se confunde con frialdad. Se cree que este problema afecta más a las mujeres que a los hombres. Y, a menudo, es causa de peleas y separaciones.

Aquí algunas fobias sexuales identificadas por el sexólogo Darío Ibarra Casals, de la Asociación Española de Sexología Clínica, Madrid).

Fobia sexual propiamente dicha. Se despliega en el área del propio cuerpo y en el del otro, ya sea en el acto sexual o fuera del mismo. Se expresa a través del asco, la repugnancia y el rechazo.

Fobia a los propios genitales o a los de la pareja. Este miedo puede ser al contacto tanto como a la mirada. 

Fobia a las secreciones durante el acto sexual, tanto genitales como extragenitales: lubricación peneana, vaginal, semen, sangre menstrual, sudoración y saliva. 

Fobia a los olores sexuales. Generalmente son personas que tienen que ducharse antes (y después) de tener una relación sexual, ya que los olores naturales del cuerpo, en los que se incluyen las feromonas propias y las del otro, no se soportan. Este es un rasgo de carácter típicamente obsesivo, siempre que descartemos una higiene genital inadecuada del estímulo fóbico.

Fobia al sexo bucogenital: La sensación de asco y excusas religiosas como "eso no es lo que Dios manda" inauguran el relato de los pacientes con miedo al fellatio y/o cunnilingus, subyaciendo prejuicios y mitos individuales, pero también culturales.

Fobia al beso profundo. Hay una imposibilidad de poder besar haciendo uso de la lengua. Aducen asco y/o terror de ahogarse con la lengua del otro.

Fobia al coito vaginal. Esta fobia se puede expresar en la mujer a través del vaginismo y dispareunia; en el varón a través de la disfunción eréctil, ausencia de control eyaculatorio y dispareunia. Es común diagnosticar dicha fobia en la pareja que no ha consumado el matrimonio. 

Fobia al coito anal, hetero u homosexual. Algunos gays mantienen relaciones sexuales por años sin ser penetrados o penetrar a sus parejas. En estos casos, dicha actividad no forma parte de la pareja por una subjetiva gama de motivos, aunque uno de ellos puede ser fóbico: por un lado el miedo al dolor, y por otro, prejuicios como "si me penetran dejo de ser hombre... soy la mujercita... soy una marica...). Los fóbicos anales procuran evitar a toda costa cualquier tipo de excitación anal, inclusive evitan sentir cualquier tipo de placer evacuatorio. A esta fobia sexual, la acrecienta nuestra cultura homofóbica y sexista.

Fobia al orgasmo. La imposibilidad de la relajación final después de la excitación se convierte en angustia, pérdida de control y sofocación. La pérdida de control durante el orgasmo, es el motivo de dicho miedo, así como existen otros tantos. 

Fobia a las I.T.S. El miedo aterrador a las infecciones de transmisión sexual, sobre todo al VIH, puede hacer cambiar las conductas sexuales de un individuo por un tiempo considerablemente prolongado y hasta inhibir sus prácticas sexuales con el otro. 

Fobia al compromiso afectivo. Tienen dificultades para enamorarse, comenzar una relación afectiva de pareja o mantenerla en el tiempo. 

Fobia al deseo sexual. Esta fobia generalmente conduce a la inhibición y/o a la evitación del otro, posible objeto de deseo. 

Fobia a la autoestimulación. Este trastorno se observa más en las mujeres y generalmente son las que nunca se han mirado los genitales en un espejo y cuando se higienizan lo hacen rápidamente, para no tomar contacto prolongado con la zona, por miedo a sentir placer sexual. 

Fobia al desnudo. La extrema vergüenza de ver o mostrarse desnudos ante su pareja o personas de su propio sexo. Este trastorno puede originarse concretamente, en el rechazo de alguna parte natural o defectuosa del propio cuerpo y por ende no querer mostrarlo, como el tamaño del pene, el tamaño de las mamas, la celulitis y la obesidad. También puede haber un origen intrapsíquico más profundo, de tipo voyeurista - exhibicionista. 

 ¿Te has topado alguna vez con una persona con fobias sexuales? ¿Crees que es cierto que las mujeres tienen más asco al sexo que los hombres? ¿Por qué crees que se desarrolla este tipo de conducta? ¿Qué harías en un caso así?

jueves, 27 de octubre de 2011

¿sabes tocarlos?


Alguna vez te preguntaste si ¿sabes tocarlos? on nom nom, Son extremadamente sensibles al tacto. Y aunque muchas no lo tengan en cuenta, los pechos más que fantasía y alegría para la vista representan una importante vía para el orgasmo, por lo que se requiere buenas manos, creatividad y disposición. 

No se trata de poner las manos y moverlas torpe y apuradamente. Tampoco se te ocurra morderlos o chuparlos como si un ternero se hubiera apoderado de ti. Manipular los pechos de una chica requiere cierto arte, demasiada paciencia y más.

 En los últimos días -no sé la razón de la coincidencia- llegaron a mi correo decenas de quejas de mujeres afectadas/insatisfechas. Resulta que los chicos abren sus manotas, se apoyan y comienzan la rutina de cerrarlas y abrirlas / abrirlas y cerrarlas. Aquí no hay ritmo ni sentido. Apenas un acto mecánico, y a veces hasta doloroso. Ellos están excitadísimos, y ellas se preguntan en silencio por qué siempre tienen tan mala suerte. Benditas excepciones: cuando te toca un buen acariciador de pechos, o cuando él se deja guiar por tus palabras, y te estimula, y aprieta como lo quieres. 


6 CONSEJOS 

Presiona suavemente con la palma, y deja las tensiones a un lado.

Rodea con tus manos suavemente sus dos pechos (no te concentres en el derecho, o en el izquierdo. ¡¡¡Son DOS!!! )

Bésalos /Lámelos (no seas el chico que más baba ha producido por ella).

Controla la fuerza de tus dientes. Morder puede ser rico, pero cuando duele se acaba el feeling.

Juega con sus pezones, pero no los uses como si fueran un botón de off/ on

Cambia el ritmo de tus caricias, pero si ella te dice "así, así", lo más recomendable es seguir "así,así".


LAS RECOMENDACIONES DE UNA EXPERTA 
La sexóloga española Pilar Cristóbal lo explica así:

"Hay muchas maneras de dar placer con los senos. Coge uno de ellos con las dos manos en forma de copa, o uno en cada mano. Acarícialos o masajéalos suavemente. Bésalos o mordisquéalos pero sin acercarte a los pezones. Roza tu pecho con el suyo. Aumenta el ritmo y la presión, pero no estés constantemente cambiando de una forma a otra; cuando encuentres algo que funciona, déjala que disfrute con ello todo el tiempo que le sea necesario. La mayoría de las mujeres prefieren que no les toquen directamente en los pezones, y cuando llegue el momento, que se haga suavemente para que se vayan sensibilizando con lentitud... 

Humedece los pezones con la lengua y los labios, ve añadiendo progresivamente presión y velocidad. Hay pezones que aunque en un principio se muestren tímidos, suelen ponerse erectos en segundos. También los hay que no necesitan más que un leve roce para mostrarse en todo su esplendor...

...En cualquier caso siempre son sensibles y responden a una amplia variedad de estímulos. Pellízcalos, con delicadeza o tómalos entre los dedos y elévalos un poco. Dibuja cruces o círculos con la lengua sobre ellos. Succiónalos con la boca combinándolo con lo anterior, y al mismo tiempo. Prueba a centrarte con la boca en un pezón y con los dedos en el otro. Si tu pareja tiene los senos grandes entonces será posible chuparlos y absorberlos al mismo tiempo".


RECUERDA:

El tamaño de los pechos no tiene nada que ver con el goce, así que no se te ocurra decir que por ser chiquitos ella no siente como debe, o algo como: "Son tan grandes que me falta mano". Un porcentaje reducido de mujeres alcanza el orgasmo cuando le tocan bien los senos

Pregunta para los hombres: ¿Eres un maestro en el arte de acariciar los senos de tu pareja? 

Preguntas para las chicas: ¿Crees que tu hombre te acaricia extraordinariamente bien los pechos?